lunes, 1 de junio de 2015

EL FUTURO DE UPyD



A pesar del ideario de UPyD y del trabajo realizado por muchos afiliados y simpatizantes durante la campaña electoral, los errores cometidos por la actual dirección del partido, y que los afiliados hemos permitido por acción u omisión, han colocado a UPyD al borde de la irrelevancia política, haciendo necesario e imprescindible un cambio profundo en sus formas y modos de hacer política, sino se quiere ir a la desaparición pura y simple.
Lamentablemente, el prometido congreso extraordinario para elegir un nuevo Consejo de Dirección no parece que sea el camino para el  necesario e imprescindible cambio profundo. Más bien parece un camino a perpetuar los errores de UPyD. En la situación actual, no solo se necesita un cambio en la dirección del partido, sino un cambio en la forma de hacer y entender la política.
Hace ya mucho tiempo que se viene hablando de la necesidad de un congreso extraordinario, pero sin pararse a considerar críticamente, no solo si la actual UPyD tiene realmente cabida en el actual panorama político español, sino si es un partido que aporta algo nuevo a la política española.
Todavía hay afiliados que siguen pensando que UPyD es el partido que representan las esencias de la regeneración democrática y el partido por el que suspiran los ciudadanos españoles, sin querer ver que los ciudadanos españoles hace tiempo que han dado la espalda a UPyD, tal como hoy se le conoce. Seguir empeñados, como en muchas ocasiones expresan  dirigentes y afiliados, que son los ciudadanos los equivocados, es no entender la esencia de la democracia, y por ese camino no hay futuro.
Muestra de esta forma de pensar es que, ante la convocatoria del congreso extraordinario, una de las ideas principales que presentan los grupos que se están postulando para dirigir el partido es la de conseguir mayor presencia mediática. Parece ser que basta con una simple corrección cosmética de las graves deficiencias democráticas que presentan UPyD y conseguir un equipo mediático para que los ciudadanos vuelvan a confiar en nosotros. Nadie quiere darse cuenta que el panorama político actual es radicalmente distinto al de hace un par de años, cuando a UPyD se le vaticinaba el éxito.
Y esta nueva situación requiere un análisis profundo, un análisis que incluya, cuando menos, un estudio de por qué PODEMOS y C,s han tenido éxito y UPyD ha pasado del éxito al fracaso. Seguir empeñados en el análisis simplista de que nuestro fracaso se debe a que los medios no nos han hecho caso, es ir directos a la desaparición. Además, habrá que analizar seriamente si, en el nuevo panorama político, la actual UPyD ofrece algo diferente a lo que ya ofrecen otros partidos. Y seriamente quiere decir que no sirven planteamientos de si un partido ofrece regeneración democrática, esto es verdad si lo dice UPyD y falso si lo dicen PODEMOS o C,s, pongamos por caso.
Y es obvio que los términos en los que se plantea el congreso extraordinario no dan ninguna posibilidad a tratar estos asuntos. Seguir con este supuesto congreso es seguir con la falacia de las primarias, que ni han sido primarias ni democráticas.
Es imprescindible en política que los modos y las formas de defender las ideas sean totalmente democráticos y que lo que se dice se corresponda con lo que se haga, además de que en el sistema político español la acción política de los partidos debe atenerse a lo dispuesto en La Constitución Española, especialmente en su artículo seis.
Y la decisión con la que el actual Consejo de Dirección pretende iniciar la regeneración del partido y dar muestras de comportamiento democrático no sirve para ninguna de las dos cosas. Ni sirve para regenerar el partido, ya que no da opción a analizar los modos y formas de hacer política, ni es democrática, al pretender el viejo e incompetente CD ser juez y parte en su propio relevo.
Si ya el actual posicionamiento de las diferentes candidaturas, con su imagen de desunión y su apelación a la adhesión en vez de a la unión alrededor de ideas comunes, nos lleva al fracaso, su aceptación tácita de este proceso certificará el fin de UPyD.
Si queremos volver a ser protagonistas de la vida política de España, el único camino que nos queda es el hacer bandera, (junto a las ideas que ya nos han copiado todos), de comportamientos, tanto de palabra como de hecho, absolutamente democráticos. Es en este aspecto donde los nuevos y viejos partidos siguen fallando,  en los modos y formas de hacer política.
Ante esta situación, y como ya han defendido en términos parecidos algunos compañeros, quisiera apelar al espíritu democrático de  todos los afiliados, que componen y apoyan las candidaturas que se están postulando estos días, para que rechacen el congreso extraordinario en los términos en que está planteado.
En el caso que se siga adelante con la convocatoria de dicho congreso, abogo para que se conforme una candidatura de unión al Consejo de Dirección con el único fin de convocar un congreso refundacional.
Lo ideal, para no perder más tiempo y disponer del máximo tiempo para trabajar en la refundación del partido, sería que el actual CD dimitiera y se nombrara una gestora con el objetivo de convocar ese congreso refundacional.
Este Consejo de Dirección o Gestora, aparte de organizar el congreso refundacional, debería proceder a habilitar un espacio de comunicación, común y libre, entre todos los afiliados que permita un confrontación democrática de ideas entre todos afiliados. Que los estos no tengan que depender de sus habilidades en las redes sociales o de si son o no aceptados en los diferentes grupos para expresar sus ideas o estar informados.
Debería proceder a presentar un estado de cuentas y de afiliación real y al día. Y considerar el adecuar la cuota de afiliación a un valor acorde con la que tienen el resto de partidos políticos.
Y también debería habilitar el canal adecuado para que todos los afiliados de UPyD que se han ido o han sido expulsados, puedan volver al partido. En este punto quiero aconsejar, a mayores y jóvenes, que se acuerden de la Ley de Amnistía Política de Adolfo Suárez y lo que representó para la democracia española.
Con este planteamiento, radicalmente democrático, UPyD volvería a recuperar su espíritu de regeneración política; a ser un partido basado en una amplia base de afiliados; a ser totalmente transparente, tanto de palabra como de hecho y a ser el partido que indica el camino a seguir. Solamente volviendo a los planteamientos originales, tanto de palabra como de hecho, UPyD tendrá una opción de aportar algo positivo a la política española. Y que solo con un simple cambio tutelado de CD no lo podrá conseguir.
También hay que considerar que este planteamiento permitiría alejar en el tiempo los pasados desastres electorales y evitar los enfrentamientos y resquemores existentes entre los afiliados a propósito de la participación en las elecciones; nos permitiría tener tiempo para conocer en profundidad a los equipos que se postulan para dirigir el partido, así como a las personas que los componen; nos permitiría el practicar la unión, algo que debería ser más habitual, sobre el punto en el que coincidimos una mayoría, que es la necesidad de refundar el partido, y no tener que mostrar unas diferencias que, aún siendo naturales y lógicas, no ayudan a la refundación.
Si UPyD no consigue cambiar radicalmente, recuperando su planteamientos iniciales, y que los ciudadanos perciban ese cambio no solo en las palabras, sino también en los hechos, UPyD no tendrá futuro. Y ese cambio no se consigue con el congreso anunciado.
Ángel Milla


1 comentario:

  1. Estimado Angel:
    Somos muchos los ex-afiliados de UPyD, unos que se han ido, otros (como yo) que hemos sido expulsados (como represalia por denunciar las prácticas estalinistas del grupo directivo comandado por Rosa, Gorriarán y Fabo). Aunque sigamos compartiendo las ideas de UPyD, no creo que tras una "refundación" una nueva dirección de UPyD consiguiera que volviéramos.
    Creo que UPyD ya no tiene futuro, y sólo queda canalizar todas las energía personales y las buenas ideas que hemos desarrollado en UPyD estos años hacia algún instrumento político nuevo, o integrándonos (las personas que compartimos las ideas de UPyD) en otros partidos que ya están en marcha, o fundando un nuevo partido. UPyD ya no tiene remedio. Rosa y sus mafiosos compinches se lo han cargado.
    También considero que Irene lozano tiene en su haber un gran lastre: el furibundo ataque que lanzó a Francisco Sosa Wagner cuando este se atrevió a denunciar lo que muchos ya sabíamos: desde mi punto de vista eso condicionará que su intento personal y personalista de dirigir la regeneración de UPyD fracase.
    De todas maneras, mucho ánimo a los que creéis en la resurrección de UPyD. Un saludo.

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